jueves, 8 de julio de 2010

El viejo del sombrero.

    Un lápiz sobre un papel que representa un sueño, una imagen, una idea. Palabras sueltas en una hoja que con el mismo fín se agrupan y se sienten atraídas entre sí. Espacios que las separan y no las dejan abrazarse hacen el papel de distintos colores en un paisaje imaginario, todo creado en un no-espacio mental. La separación, la división, es el tema a tratar.
    Un viejo sentado en una caja frente a una multitud de gente se deja llevar y crea una discusión interna filosófica. "¿Qué hago acá? ¿Qué hacemos todos acá?" Casi preocupado por el tema cierra los ojos y se saca el sombrero. Piensa y piensa. Razona y argumenta. Discute consigo mismo y no se puede ganar.
   Una niña traviesa pasa por el lugar y con cara de alegría e inocencia le pregunta "¿Señor, que está haciendo?"  a lo que el viejo le responde "Pensando m'hijita, solamente pensando". "Al igual que toda mi familia!" le contesta la jovencita.
    Le cayó la ficha, se vive para pensar. Se coloca el gorro, se para y se mezcla entre la multitud, multitud de cerebros con piernas.