lunes, 19 de abril de 2010

Las utopías no sirven para caminar...

¿Como hacer para soñar una utopía y que el mundo que encontrás al levantarte no te desilusione?

 El pequeño se levanto con la ilusión de que todo podía cambiar, de que todo iba a ser mejor. Tomó su pequeño cuaderno y comenzó a anotar todo lo que había vivido en ese sueño tan maravilloso; pero mientras más largo se hacía su escrito, más triste se ponía el chico. Llegó a un punto y decidió releer todo lo escrito; abrió la ventana para salir al balcón, miró las calles de la ciudad y sin dudarlo saltó mientras una lágrima se desprendía de sus ojos ya apagados.